jueves, 16 de junio de 2011

Deberías de sentir



Cuando pierdes todo, pareces desplomarte en la nada. Un susurro del vacío te dice que te quedarás desguarnecido eternamente.Tú aclaras: quiero quedarme solo, precisamente para que nadie más me pueda lastimar. Entonces cierras con llave todo lo que un día fue accesible a tu corazón. Le pones triple candado y acatas con las consecuencias de un alma encadenado.

Una especie de rosa marchita rodeada por alambre de espinas.

Un día cualquiera, intentaste volver a sonreir. Quizás, meditaste, inevitable lo planteaste, ¿dar otra oportunidad a que otro sentimiento florezca?.

No sabes si funcionará, si otro puño podrá desgarrarlo, si las consecuencias te dejarían un cuerpo en nefastas condiciones y un interior fraccionado a punto de no volver a la consciencia.

Pasaron semanas, meses, un período de nostalgia, y a la vez, abandono a tu cuerpo.

Tus esperanzas estaban marchitas. Enflaqueciste tus piernas, te dejaste caer al vacío.

Intentas volver a sonreir, pero te vuelven a enganchar con cadenas y parece que pierdes el hilo de las palabras.¿Me dejas mirar a través del cuello de tu camisa?

Es solo para ver si te queda corazón.

Lo consiguió, logró florecer, aún sedienta, aspiró luz de donde parecía imposible converger.Bebió de su boca.Cada mañana que respiraba, ansiaba su aire, sus labios ya no marchitaban, estaban sedientos de su espuma.Sus brazos anhelaban caricias que apagaran sus pasados desconsuelos.Los ojos ya no reflejaban lágrimas de lamento, sino radiaban su devoción.Manos deterioradas de recoger puñales, ya reaparecen con tiritas de humanidad.

Los pies de repente palparon tierra firme, los cristales desaparecieron.

Sus cariño es mi perdición. Mi mente es presa de su intelecto, él siente mi desosiego.Cada hora de reloj es presa de nuestra indigencia mútua. Necesitaría que el día se completara en 30 horas y que las 6 sobrantes en nuestro mundo real fueran presas de un "nosotros".

Quedan días, noches, atardeceres, mañaneos de sorpresas, estrujones, sueños en delicadeza en tu hombro como señal detallista.

Tuve miedo a decirlo, incluso a pensarlo por si escuchabas mis pánicos en secreto.Pero ya perdí mi cobardía.

No te faltó ni un segundo para demostrarla lo que de verdad sospechaste sentir por ella.

Solo escucha la palabra gracias.

Una palabra medianamente silenciosa, pero es correspondiente a un abrazo de esos que te suben por las nubes y que te hacen volar. Por existir, por hacerme sentir singular, por ser monigote detallista, dulce, incapaz de traicionar.

Te incluyo en mis huellas dactilares, y repaso cada noche cada estría para vincularme contigo.

No tengas miedo a sentir, siente, es el momento de hacerlo.